En vista de que la mayoría de infartos son silenciosos, un equipo de médicos, físicos e ingenieros están desarrollando el sensor Vivio, el cual podrá medir la presión sanguínea y alertar sobre un infarto.
Investigadores californianos están desarrollando unos sensores para teléfonos móviles iPhone capaces de alertar al usuario de los síntomas previos de un ataque cardíaco y enviar inmediatamente la información a un médico, con un coste de fabricación en serie que totalizaría unos 20 dólares por unidad.