Economía. Implementarán la apicultura en este municipio caribeño para diversificar la producción, obtener mayores ingresos y proteger la biodiversidad
Saborear un poco de miel fue suficiente para que un grupo de campesinos bonanceños, en el Triángulo Minero del Caribe Norte, decidieran apostar por introducir la apicultura en este municipio, con el fin de frenar la destrucción de la biodiversidad, diversificar la producción y obtener mejores utilidades.
Con el auspicio de la empresa Hemco, llegaron a Bonanza los expertos en apicultura Félix Linarte, directivo de la Asociación de Productores Nacionales de la Miel, y Jorge Gurdián, del Centro de Entendimiento de la Naturaleza (CEN), para impartir un seminario a los productores agropecuarios de este municipio que están interesados en invertir en la apicultura.
Félix Linarte destacó que Bonanza reúne todas las condiciones necesarias para la crianza de abejas productoras de miel:“Cuenta con bosques, llueve bastante y se han descubierto especies nativas de abejas”.
Señaló que en esta actividad productiva puede participar toda la familia.
“La apicultura permite desarrollar otras actividades, porque las abejas hacen el 95 por ciento del trabajo y el hombre solo hace el 5 por ciento, de modo que es altamente beneficiosa para los agricultores de la zona”, indicó Linarte.
En tanto, Jorge Gurdián afirmó que las abejas y el bosque son la simbiosis perfecta para los ecosistemas, y relató su experiencia como apicultor en el parque nacional “Peñas Blancas”.
Según Linarte, la especie más eficiente para la producción de miel es la abeja africanizada, la que ha sido satanizada sin razón.
Alternativas
“Es completamente inofensiva si se maneja adecuadamente”, sostuvo el experto.
Por su parte, Gurdián dijo que en Bonanza se han encontrado especies nativas como la Mariola y el Jicote, que no tienen aguijón y por lo tanto se pueden tener colmenas de ellas en los patios de cada hogar bonanceño.
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Mineros artesanales, mayagnas, jóvenes y mujeres, participaron en el taller, que duró 5 días.
Durante la capacitación se visitaron cuatro comunidades rurales para captura de abejas.
También se hizo una captura de abejas africanizadas en el área urbana, que sirvió de entrenamiento para cuando se presenten esos incidentes.
Quedaron establecidos cuatro apiarios en igual número de comunidades, que a la vez servirán de referencia para aquellos que quieran aprender a aprovechar el potencial de los fascinantes insectos melíferos.
Pedro López, joven productor de Biltingnia, expresó que asistió al evento más por cortesía y curiosidad, pero que cada día le cautivaba más el mundo de las abejas, sobre todo, al “conocer el papel tan fundamental que juegan en la naturaleza y el servicio que le prestan al hombre y la biodiversidad florística y que al manejarlas en apiarios, le estamos sacando provecho a su trabajo y beneficiándonos de su valiosa miel”.
“Trabajaremos en el manejo de las meliponas con nuestros nietos y eso nos permitirá tener más ingresos en la familia y a diversificar nuestra finca”, externó la señora Robertina Matute.
Coordinación
Por su parte, Patricio Celso, de la comunidad de Suniwas, ha integrado a sus hijos a este entrenamiento y aduce que las abejas italianas que ha capturado, además de proteger el bosque, le ayudarán a incrementar la cosecha de sus cultivos con la polinización.
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“No sabía que eran unos insectos tan bondadosos y generosos con el hombre, ahora las protegeré, las cultivaré y conviviremos en armonía con ellas”, manifestó Celso.
La Asociación Nacional de Apicultores de Nicaragua ha producido entre 600 y 800 toneladas de miel y la mayoría es para exportar al mercado europeo y norteamericano.
El reto de producir más
TRABAJO • El presidente de la Asociación de Productores de la Miel, José Bermúdez, destacó durante un encuentro celebrado en abril pasado, que en Nicaragua ha decaído la generación de ese producto.
Precisó que en 2001, los productores nicaragüenses aportaron 1,200 toneladas de miel, pero para 2012 la cantidad llegó a las 820 toneladas.
En tanto, en 2013 la cifra se ubicó en 795 toneladas, para 2014 pasó a 750 toneladas y el año pasado llegó a las 675 toneladas.
De acuerdo con los productores, la disminución en la producción de miel obedece al cambio climático, despale y efecto invernadero, indicaron los productores durante un encuentro en Managua, celebrado en abril pasado.
Fuente: El Nuevo Diario