Grandes figura de la literatura nicaragüense han sido motivación para la nueva generación de jóvenes.
Jorge Campos
Inició con la narrativa, posterior se encontró con la “luz de la poesía”. Recuerda que a los 11 años ya tenía una inclinación hacia la literatura, esta motivada por los docentes que tuvo en la secundaria, sin excluir que en su familia la lectura era como el pan de todos los días, “tuve buenos maestros, nos daban a leer literatura interesante y estando en secundaria ya había leído a Mario Vargas Llosa, Ricardo Pasos Marciacq, lo cual en las escuelas no es muy convencional. Son obras que inquietan mucho, pero desde antes ya me había encontrado con otros padres de la literatura, crecí viendo a mis tías, a mis padres, y hermanos leyendo, siempre en mi casa había muchos libros”, comentó Campos. Actualmente se encuentra trabajando en su recopilación de microrrelatos “El muro abierto”.
Enrique Delgadillo
En 2016 ingresó a la universidad, donde empezó disciplinadamente en la escritura escribiendo cuentos y poemas. En 2007, se aventura a la creación de la revista “Voces Nocturnas” en la cual él junto a otros poetas con más trayectoria intentaban promocionar sus poesías, por esta iniciativa conoce a Ernesto Mejía Sánchez y Carlos Martínez Rivas. Delgadillo manifiesta que su tipo de escritura es “de la experiencia” ya que él escribe “con una mezcla del poco conocimiento de la técnica, pero también tomo mucho de la vida.
Entre sus publicaciones destacan: “La casa detrás del tiempo”, obra que fue seleccionada por el Centro Nicaragüense de Escritores (CNE) en el 2012 para una convocatoria de obras. Delgadillo es originario de León y abogado de profesión.
René Vargas Zamora
Escribe desde los 14 años, ha vivido en Estados Unidos y Asia, por lo que considera que su literatura ha sido influenciada por sus experiencias en el extranjero, “mi estilo de literatura es Haiku, que consiste en versos cortos, es un estilo originario de Japón”. Estudió la licenciatura en Economía Aplicada. Publicó en 2017 el poemario “Balance”, en el cual se desarrollan temas románticos, reflexiones sobre la vida, las dudas y los retos que se enfrentan a diario, “mis poemas se reducen a tres temas: observación, reflexión y el romance. Como artista se necesita mucha empatía para poder entender a las demás personas”, comentó. Además de la poesía y la economía, se ha desempeñado como docente y ha trabajado en programas de voluntariado.
Ernesto Valle
Su primera obra publicada “Padre e hijo” fue compartida con su padre el también escritor, Julio Valle Castillo, “mi papá es escritor, vengo de una familia en la que ha habido libros siempre, en la que ha habido un contacto con la literatura desde siempre, yo no quería escribir, pero es hasta los 16 años cuando se solidifica mi gusto por leer y escribir”, relata Valle.
A los 20 años de edad obtuvo el primer lugar con el trabajo “Poemas para leerse una Managua congestionada” en el concurso Leonel Rugama, dirigido a poetas jóvenes. Dicha obra trata de “los problemas de la ciudad, de cómo nos articula y cómo articula eso la poesía desde una perspectiva más exteriorista. Participó en el Certamen de Poesía Ipso Facto de El Salvador y fue dos veces finalistas de dicho evento.
Abelardo Baldizón
Inicia en la literatura a los 15 años, teniendo como influencias a Rubén Darío, Adolfo Bécquer, la poesía surrealista de la Generación del 27, Gabriel García Márquez y Alfonso Cortés.
Desde que comenzó a escribir, se ha enfocado en la poesía. Baldizón menciona que en sus poemas aborda temáticas diferentes, “mis poemas hablan del mundo que me rodea y tratan de transmitir mis impresiones y sentimientos sobre el hecho de existir en ese mundo.
Su primer libro fue el poemario “Del matadero”. Este año publicó su segunda obra titulada “El quiróptero desplumado”. Además de la poesía, se ha dedicado a estudiar la política de Nicaragua realizando artículos académicos sobre este tema”.
Fuente: Diario Metro