El pequeño Richard no jugaba con soldados, ni muñecos de palos, ni peluches de felpa. A sus cuatro años, prefería los números. Pensar en las Matemáticas era pensar en la lógica de la realidad. Diez años después que descubrió su pasión, se coronó con la Medalla Bronce en la XXXII Olimpíadas Iberoamericanas de Matemáticas (OIM), celebradas el pasado 20 de septiembre de 2017 en Argentina, poniendo en lo alto a Nicaragua.