Japón celebró ayer el centenario de la muerte del poeta nicaragüense Rubén Darío, ‘padre’ del modernismo literario, con un homenaje que acercó la figura del autor al público nipón y en el que se recitaron algunos de sus poemas.
Con este tributo, Darío viajó cien años después de su fallecimiento a la capital de Japón, un país que le fascinó por su “cortesía y unidad cultural” y del que criticó su “militarismo”, explicó a Efe el profesor nicaragüense Jorge Eduardo Arellano, ponente en el simposio celebrado en el Instituto Cervantes de Tokio.
Pese a que nunca viajó a Japón, el autor originario de Metapa, hoy Ciudad Darío, mostró interés por la cultura nipona.
“Tuvo pasión por todo lo exótico. En su obra aparecen referencias a lo nipón, a lo parisino, lo hindú, lo clásico”, detalló Carlos Marzal, Premio Nacional de Poesía española y participante en el homenaje.
A Rubén Darío se le reconoce como el ‘padre’ del modernismo literario por haber revolucionado la literatura hispana con obras como ‘Azul…’ (1888), ‘Prosas Profanas’ (1896) y ‘Cantos de Vida Esperanza’ (1905).
Sin embargo, apenas dos de sus obras están traducidas al japonés y en el país asiático aún es una figura literaria “poco conocida”, reconoció Arellano sobre Darío, a quien calificó como el “líder transatlántico del Modernismo”.
Para Marzal, Darío (1867-1916) se ha convertido en “uno de los poetas más universales del español” y en un “maestro” para otros de los autores más influyentes del siglo XX, como los poetas españoles Juan Ramón Jiménez y Antonio Machado o el dramaturgo y novelista Ramón María del Valle-Inclán.
Además de Marzal y Arellano, los hispanistas japoneses Norio Shimizu y Emma Nishida participaron en este simposio bilingüe, que fue organizado conjuntamente por el Instituto Cervantes de Tokio, la Embajada de Nicaragua en Tokio y la organización cultural Japan Foundation.
Fuente: Diario Metro