Nicaragua está llena de páginas de historia revolucionaria. Diversos rostros marcaron una huella única de luchas por lograr la libertad. La juventud universitaria de Nicaragua ha tejido sueños e ideales con el lápiz y el fusil, con voz claudicante, un eco resonante que aún en nuestros días se escucha y se siente en la sangre de los héroes.
Muchos fueron los jóvenes que ofrendaron sus vidas, como el caso de Roberto González Herrera, un joven de origen jinotegano, nacido en Managua el 28 de agosto de 1974. Fue criado por su madre, la señora Justina Herrera Chacón, una mujer humilde que se dedicó a lavar y a planchar para sacar adelante a su hijo, quien no tuvo la dicha de conocer a su padre biológico.
Como un joven digno representante de la clase trabajadora, laboró desde su niñez, siendo esta experiencia la que lo llevara a migrar del campo a la ciudad para asegurar un mejor futuro para su familia. Él fue de los jóvenes que anhelaba superarse para ayudar a su familia, a su barrio, a su Nación. Cursó sus estudios primarios en Managua, en el Instituto Salvador Mendieta. A los 10 años ingresó a los Boy´s Scouts de Nicaragua, donde llegó a ganarse el cargo de Subjefe de grupo, y en 1990 estudió su bachillerato en el Instituto Elvis Díaz Romero, ahora Instituto Azarías H. Pallais.
El fallecimiento de su madre Justina Herrera Chacón lo marcó profundamente de manera que se prometió asimismo, ser un profesional, un gran abogado al servicio de los pobres, defensor de los derechos de mujeres y hombres desposeídos. Luego de este evento fue acogido en la casa de doña Meybold Chamorro en la Colonia Centroamérica, donde viviera hasta el momento de su deceso.
Trabajó en los Raspados Loli de Managua, con el objetivo de ahorrar para su pre matrícula, realizar el examen de admisión y cumplir su sueño de coronarse como abogado en la mejor universidad de Nicaragua, la UNAN-Managua. El año 1996 fue una época de decisiones cruciales, al no aprobar el examen de admisión, su mayor meta lo llevó a probar en el curso de nivelación y luego saltar en el trampolín hacia sus anhelos de chavalo de barrio.
Durante su estancia en esta alma mater, ya en el año 1997, se destacó por ser un estudiante ejemplar, dedicado, humanista, cargado de vitalidad, con profundo amor por el resto de las personas y con una gran personalidad, así lo describieron amigos, compañeros de clases, vecinos e incluso su madre adoptiva.
Ya en su carrera de Derecho, Roberto González Herrera sería conocido popularmente como “El Chino”, por sus rasgos faciales semejantes a los de un joven de descendencia asiática. “Era un chavalo amable, generoso, pícaro, bullicioso, pero humilde y servicial. Tenía bien claro lo que quería para su futuro. A pesar de sus limitaciones económicas jamás se detuvo de estudiar”, enfatizó en una entrevista la MSc. María José Mejía, Ex Directora del Departamento de Derecho en 1999 y actual Vice Contralora de la República de Nicaragua, quien fue maestra del joven en ese entonces.
De igual forma, la Dra. Nívea González, ex docente de este Departamento reconoció el enorme espíritu de colaboración que poseía Roberto, manifestando que distinguía un joven no sólo entusiasta, sino preocupado por los derechos de las clases más vulnerables, “Una vez él se me acercó y me dijo: maestra, yo pienso en el derecho laboral, hay que defender a los trabajadores, no tienen abogados que los defiendan, yo me reí y fue ahí que vi que Roberto sería un joven que trascendería, no era un chavalo egoísta, pensaba en los beneficios de los pobres. El anhelaba trabajar, superarse”, puntualizó.
El día 20 de abril de 1999, sería un día doloroso. Jóvenes de diferentes Departamentos del país pertenecientes a universidades del Consejo Nacional de Universidades (CNU) marcharían para exigir el 6% constitucional, un derecho a la educación que el presidente de esa época, Dr. Arnoldo Alemán, les quería arrebatar a costa de balas y violencia, utilizando el cuerpo policial y anti motín de la Nación.
Diversos testigos narraron el suceso detallando paso a paso lo acontecido. La caravana de jóvenes se dirigió en horas del mediodía de las instalaciones de la Universidad Centroamericana (UCA) hacia las instalaciones del Banco Central de Nicaragua. Universitarios transportados en buses se reunieron en subgrupos, algunos sin una organización definida. Fue entonces que en el intento por tomarse las instalaciones del Banco Central, fueron acorralados, asediados, atacados y desalojados de manera violenta por parte de los antimotines (robocop). En instantes, la vida de Roberto González Herrera alias “El Chino” fue arrebatada por una bala de caucho en su corazón, perforando y provocándole la muerte.
Gabriela Cienfuegos, ex estudiante de la Universidad Agraria (UNA) y testigo del hecho, auxilió al joven en su lecho de agonía; y recuerda ese momento de forma triste, con un sinsabor y amargura de querer salvar una vida y sentirse impotente; “Uno siente un vacío de querer ayudar, que te ayuden, pero no hay nadie. Él se desangraba entre mis brazos y todos llorábamos porque queríamos salvarle la vida, pero la bala había traspasado su corazón”, testificó.
El cuerpo de Roberto González fue velado en su casa en la Colonia Centroamérica y luego trasladado al histórico Auditorio “Fernando Gordillo”. El 21 de abril su cuerpo fue llevado a la iglesia de Fátima para las honras fúnebres y misa de cuerpo presente, para luego ser llevado nuevamente al Auditorio “Fernando Gordillo” para rendirle un homenaje con toda la comunidad universitaria.
En horas de la tarde el cuerpo del joven Roberto González Herrera fue llevado en caravana al Cementerio Oriental de la Capital. Cientos de jóvenes acompañaron el féretro del joven de 25 años reconocido por su valor y su coraje, pero también por su popularidad, muchos le dijeron adiós entre consignas y música testimonial.
Tras este evento que fue como pólvora en la prensa nacional e internacional, autoridades de la UNAN- Managua y del Consejo Nacional de Universidades (CNU) se reunieron con el Presidente de República, Dr. Arnoldo Alemán, el 23 de abril de 1999, para encontrar una solución. Realizadas estas diferentes reuniones, un viernes 30 de abril de 1999 se culmina el proceso de negociación, estableciendo el Acuerdo con el Gobierno de la República con validez para el año 2012, el cumplimiento al 6% Constitucional y la Defensa de la Autonomía Universitaria. Luego de estos y otros acuerdos, el Consejo Nacional de Universidades por medio de su Presidente, el Ing. Telémaco Talavera Siles, enfatizó lo siguiente:
“Se informa al pueblo nicaragüense y a la comunidad universitaria el compromiso de aportar al desarrollo de nuestro pueblo, con la dignidad, el coraje, la valentía y alegría de “Roberto González Herrera” y los otros caídos de la comunidad universitaria, que abonaron de flores con su sangre este camino que seguimos enfrentando”.
Año con año la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, la Facultad de Humanidades y Ciencias Jurídicas y el Movimiento Estudiantil UNEN UNAN-Managua; organizan una caminata desde las inmediaciones del Centro Cívico cercanías del mercado Israel Lewites en dirección hacia el Banco Central de Nicaragua donde pereciera “El Chino”, con el fin de rendirle tributo a su memoria. Haciendo uso de altoparlantes, entre consignas, música, entusiasmo juvenil y pancartas se reúnen autoridades de diversas Facultades, trabajadores administrativos, docentes, estudiantes, así como miembros de comisiones de universidades como la UNAN-León, Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) y delegaciones de la Facultad Regional Multidisciplinaria de Carazo, FAREM-Carazo entre otras entidades.
En el año 2014 autoridades del Banco Central, develaron un busto de Roberto González Herrera en homenaje a las memorias de este joven líder ejemplo de las luchas sociales y estudiantiles. La jornada anual “Roberto González Herrera in memoriam” concluye con la visita a la tumba del “Chino” en el Cementerio Oriental, donde anualmente se procede a llevar ofrendas florales y ofrecer palabras de recordatorio y agradecimiento al joven universitario. Posterior se presenta en el Auditorio que lleva su nombre, un video alusivo a los acontecimientos ocurridos durante su asesinato el 20 de abril de 1999.
Esta jornada contribuye a que los estudiantes en la actualidad tomen conciencia sobre la importancia de cuidar el patrimonio de esta alma mater y valoren el costo del seis por ciento constitucional, que en su defensa ha cobrado la vida de muchos mártires universitarios, jóvenes que poseyeron sueños y metas, pero que han servido de ejemplo humano, solidario y servidor al pueblo de Nicaragua.
Fuente: UNAN-Managua