El profesor Jorge Luis Gómez Tórrez de la Facultad de Ciencias e Ingeniería realizó un estudio sobre los niveles de presión sonora en la avenida principal de Altamira, con el objetivo de analizar el ruido ambiental presente en este sector de la capital y realizar un mapeo de la zona, para lo cual utilizó la herramienta moderna para posicionamiento geográfico conocida como QGIS.
Este trabajo lo desarrolló en la especialidad en Percepción Remota y Sistemas de información Geográfica, cursada por Gómez Tórrez en el Campus de México del Centro Regional de Enseñanza en Ciencia y Tecnología Espacial para América Latina y el Caribe (CRECTEALC). Gómez Tórrez monitoreó 39 puntos de esta calle en una distancia de 1,950 metros, en tres momentos del día; determinó que toda la calle en estudio supera el límite internacional de ruido, ya que en todos los sitios analizados se mantuvo un sonido promedio de 72.5 decibeles (dB); mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que el límite superior deseable es de 50 dB y ha determinado que exponerse a más de 60 dB afecta al ser humano.
En su informe técnico científico sobre las magnitudes de contaminación acústica y sus posibles afectaciones a la salud, analiza el marco jurídico que rige en nuestro país aquellas actividades que requieren la emisión de algún sonido. Los artículos 59 y 60 de nuestra Constitución Política resaltan el derecho de los nicaragüenses de habitar en un ambiente saludable y atribuyen al Estado la obligación de preservar el medio ambiente y garantizar el derecho a la salud de los ciudadanos. El MARENA, por su parte, es el encargado de orientar el monitoreo y control de fuentes de contaminación, incluyendo la acústica; así como de emitir estándares y normas de ubicación y calidad de los ecosistemas, para lo cual debe contar con el apoyo de las demás instituciones del Estado, Gobiernos Autónomos y Alcaldías.
La Ley de Higiene y Seguridad del Trabajo establece en su Artículo 121 que “A partir de los 85 dB (A) para 8 horas de exposición y siempre que no se logre la disminución del nivel sonoro por otros procedimientos se establecerá obligatoriamente dispositivos de protección personal tales como orejeras o tapones”.
Mientras que la Ley 559 o LEY ESPECIAL DE DELITOS CONTRA EL MEDIO AMBIENTE Y LOS RECURSOS NATURALES, quien atente con la salud humana mediante el ruido “será sancionado con multas equivalentes entre C$ 5,000 a C$ 20,000 córdobas después de dos llamados de atención por la autoridad competente en la Alcaldía Municipal respectiva, además de la suspensión, cancelación o clausura de las actividades que generan el ruido o malestar”. Las escalas de intensidad de los sonidos deben alcanzar un máximo de 30 decibeles para las viviendas, 35 en las escuelas, 40 en los hospitales y los 110 decibeles en eventos recreativos, según el Artículo 41 de ésta Ley.
Este estudio es relevante debido a la gran cantidad de personas que transita o permanece en esta zona, la que se expone a altos niveles de ruido, lo cual puede generarle diversas afectaciones en la salud. Según el profesor Gómez, “las personas que a diario transitan a pie, los usuarios de transporte urbano colectivo que esperan en las estaciones de autobuses, así como trabajadores de comercios y habitantes de la zona, manifiestan inconformidad debido al ruido que perciben, aunque desconocen las consecuencias del ruido en la salud humana”. Detalla además que “las principales fuentes de ruido son la carpeta de rodamiento de adoquín, también los comercios que se anuncian con alto parlantes en la calle, el claxon de los vehículos, tanto de transporte público como particular, aumenta drásticamente los cambios de la presión sonora”.
Jorge Gómez es Licenciado en Física, labora en el Observatorio Astronómico y en el 2015 realizó su tesis de Maestría en Gestión Ambiental sobre la Evaluación de ruido ambiental en la zona comercial de la gasolinera Américas 1 hasta límite Este del mercado Iván Montenegro, de Managua; realizó doctorado en Educación con Énfasis en Investigación Educativa. Es el Coordinador de la Unidad de Ciencias Espaciales e imparte clases en la Facultad de Ciencias e Ingeniería de nuestra Universidad y colabora con el CONICYT en estos temas, delegado por la UNAN-Managua.
Mapas de contaminación acústica elaborados con QGIS
El académico ubicó un sonómetro y registró los datos en tres horarios: de 6:00 a.m. a 10:00 a.m., de 10:25 a.m. a 2:25 p.m. y de 2:30 p.m. a 6:30 p.m., abarcando 12 horas; de igual manera hizo un conteo de los vehículos livianos y pesados que transitaron en el lugar durante estos intervalos de tiempo. Las mediciones se realizaron cada 50 metros, cubriendo una distancia lineal de 1,950 para lo cual necesitó de un sonómetro digital, un calibrador de sonido, un micrófono. Los valores máximos promedios alcanzados fueron de 73.6 dB en el horario de 6:00 a.m. a 10:00 a.m. y de 73.8 dB(A) en horario de 3:00 p.m. a 7: p.m., mientras que en el horario de 10:30 a.m. a 2:30 p.m. fue de 72.5 dB.
Usando la herramienta QGIS, Gómez diseñó mapas que reflejan los niveles de ruido a lo largo de toda la calle; QGIS es un sistema de información geografica de código abierto, el que integra hardware, software y datos geográficos diseñada para capturar, almacenar, manipular, analizar y desplegar la información geográficamente referenciada, con el fin de resolver problemas complejos de planificación y de gestión.
Problemas causados por la contaminación auditiva
La exposición a ruidos altos puede provocar deficiencia auditiva e interferir en el proceso de comunicación en especial en los grupos vulnerables como ancianos y niños; las afectaciones a la salud se deben comúnmente a una exposición prolongada. “el ruido no produce hipertensión ni problemas cardiacos, aunque si la persona es sensible puede padecer una crisis hipertensiva o de taquicardia temporal, lo cual es esporádico”, afirma el Dr. Fernando Gutiérrez, Docente de la Facultad de Ciencias Médicas. Sin embargo, Gutiérrez no descarta que la exposición a ruido que supera los 85 decibeles puede provocar pérdida progresiva de la audición, incidir en el nivel de estrés de las personas y algunos padecimientos emocionales.
El ruido puede perjudicar el rendimiento de los procesos cognitivos, principalmente en trabajadores y niños. Puede afectar adversamente la lectura, la atención, la resolución de problemas y la memoria. Según la Organización Mundial de la Salud, el ruido es la segunda causa de enfermedad por motivos medioambientales, causa hipoacusia o pérdida paulatina de la capacidad auditiva, estrés y agresividad.
Estudió en el CRECTEALC
La idea de realizar este estudio surgió mientras estudiaba en el Centro Regional de Enseñanza en Ciencia y Tecnología Espacial para América Latina y el Caribe (CRECTEALC); “esta oportunidad la conseguí durante un taller sobre Derecho espacial y Cooperación Internacional al que asistí en mayo de 2016 en el Consejo Nicaragüense de Ciencia y Tecnología (CONICYT). Uno de los expositores de ese taller fue el Dr. Sergio Camacho Lara, Secretario General de CRECTEALC, con quien conversé sobre las aplicaciones satelitales para medio ambiente y me informó sobre las especialidades internacionales auspiciadas por la ONU en el CRECTEALC. Me informé y apliqué a la especialidad de Percepción Remota y Sistemas de Información Geográfica; el curso duró 11 meses con clases teóricas, prácticas en computadoras y trabajo de campo; se debía culminar con un trabajo investigativo”.
Gómez resalta que para participar en este programa de movilidad académica contó con el apoyo del Decano de la Facultad de Ciencias e Ingeniería, MSc. Marlon Díaz y de las autoridades superiores, con quien está muy agradecido. “El nivel formativo que me brindó la UNAN-Managua me ayudó a no tener dificultades en el ámbito académico, así que los inconvenientes estuvieron más relacionados con la adaptación al lugar y a la distancia de la familia y amistades; a pesar de que estábamos a 2,500 metros sobre el nivel del mar y con cambios bruscos de clima”.
Convenio UNAN-Managua con CRECTEALC
El CRECTEALC ofrece programas de enseñanza, investigación y desarrollo de aplicaciones prácticas inicialmente orientados hacia la teleobservación, la telecomunicación por satélite, la meteorología por satélite y los sistemas de información espaciales y al apoyo de actividades que puedan contribuir al desarrollo científico de la región. De esta forma cumple con sus objetivos, planteados desde finales de los años 70, entre los que destaca, ampliar el conocimiento de la ciencia y tecnología espacial de los Estados Miembros de Naciones Unidas y de esta manera aumentar su desarrollo científico, económico y social.
Actualmente la Facultad de Ciencias e Ingeniería está trabajando en la elaboración de un convenio con la Unidad de Ciencias Espaciales CRECTEALC con el propósito de compartir información y capacitaciones sobre ciencias espaciales. Una de las finalidades del convenio es la instalación de un centro regional de enseñanza de una sede del CRECTEALC en la UNAN-Managua.
Fuente: UNAN-Managua