El Departamento de Francés de la Facultad de Educación e Idiomas organizó el conversatorio Nicaragua siguiendo las huellas de Mark Twain, el que estuvo a cargo del Director de la Academia Nicaragüense de la Lengua, Dr. Francisco Arellano Oviedo, el historiador estadounidense Dr. Patrick Werner y el Gerente de la Solentiname Tours, Sr. Immanuel Zerger; ellos hablaron sobre la llegada del escritor norteamericano a las costas de San Juan del Sur en 1866, su recorrido por nuestro país y su relación con Rubén Darío.
El maestro Arellano afirmó que existe una relación histórica entre Twain y Rubén Darío, ya que nuestro máximo representante del modernismo literario nació pocos días después que Twain pasara por nuestro país; además vivieron situaciones similares como el hecho de no haberse criado con sus padres biológicos, la afición por la lectura, la formación autodidacta de ambos, su labor como periodistas, entre otras.
El Dr. Werner relató las circunstancias que propiciaron el paso de Twain por nuestro país, la importancia de Greytown (San Juan del Norte) en ese entonces, ya que contaba con más de un centenar de consulados, señaló que las obras de Mark Twain han influenciado a muchos escritores modernos y han servido de inspiración para películas.
Por su parte, el Gerente de Solentiname Tours, afirmó que Mark Twain fue el primer promotor turístico de Nicaragua y anunció que el próximo 29 de diciembre en conjunto con la alcaldía de San Juan del Sur, inaugurarán un monumento dedicado a ambos escritores, además realizarán un recorrido especial siguiendo la misma ruta que siguió Twain en 1866, cuando en lugar de atravesar Estados Unidos por tierra decidió hacerlo atravesando el Rio San Juan.
¿Quién fue Mark Twain?
Su verdadero nombre era Samuel Langhorne Clemens, nacido en 1835 y fallecido en 1910, escritor, navegante, periodista y poeta, considerado Padre de la Literatura Norteamérica. Autor de varias obras entre novelas, cuentos y artículos periodísticos, son algunas de ellas: Las Aventuras de Huckleberry Finn, Las Aventuras de Tom Sawyer, Vida en el Mississippi, Vida dura o Pasando fatigas, La edad dorada, Príncipe y mendigo, Un yanqui en la corte del Rey Arturo, La célebre rana saltarina del condado de Calaveras, Los inocentes en el extranjero.
En 1866 decidió ir de San Francisco a Nueva York por la llamada Ruta de Transito, una propuesta del empresario Cornelius Vanderbilt que garantizaba ir de un extremo a otro de Estados Unidos por un trayecto más seguro, corto y económico que el del istmo de Panamá. Arribó a San Juan del Sur el 29 de diciembre de 1866, con una caravana de cuatrocientas personas se dirigió a La Virgen y de ahí cruzó el Lago Cocibolca hasta llegar a San Carlos; seguidamente viajó sobre el Rio San Juan hasta llegar a San Juan del Norte, donde tomó un barco de vapor que lo trasladó a Nueva York.
Su experiencia en nuestro país quedó registrada en siete cartas que escribió durante su recorrido, que fueron publicadas en el diario Alta California. Twain viajó en tres ocasiones entre New York a San Francisco y lo hizo por Nicaragua en su primer viaje y los dos siguientes pasando por Panamá; sin embargo, sobre estos dos viajes no escribió. En sus relatos escribió “Estamos en la bahía de San Juan del Sur, en donde dejaremos el vapor para cruzar el istmo. A bordo habían puesto un cartel con la noticia de que el cólera morbus estaba haciendo estragos entre los pasajeros recién llegados de Nueva York vía San Juan del Norte, por lo que se nos prohibía desembarcar”.
En su recorrido hacia La Virgen relata que “Eran cuatrocientos viajeros unos a caballo, otros en mulas y otros más en diligencias tiradas por cuatro mulitas, quedamos abstraídos contemplando los rizos de las aguas del Lago de Nicaragua… del centro del hermoso lago emergen dos maravillosas pirámides en un verde fresco y suavísimo, veteadas sus faldas de luces y de sombras; sus cimas perforan las errabundas nubes”. Twain describe a las jóvenes nicaragüenses “como muchachas de pelo negrísimo y relampagueantes ojos con agraciada indolencia, tienen dientes blancos y caras bonitas de sonrisa ganadora… Son virtuosas en la medida de sus luces, pero me temo que sus luces sean un tantico apagadas”. Mark Twain abandonó el país por el puerto de San Juan de Nicaragua (entonces Greytown) el 2 de enero de 1867.
Fuente: UNAN-Managua