Carlos Fonseca Amador y los intelectuales, una radiografía de cómo era el guerrillero y sus inclinaciones hacia la escritura
Chuno Blandón es considerado por los críticos, historiadores e intelectuales nicaragüenses como el gran biógrafo de Carlos Fonseca Amador. La vida del héroe ha sido motivo central en su escritura.
Entre sus libros está Entre Sandino y Fonseca (1979) donde establece la relación ideológica y de lucha de los dos guerrilleros. Pero es en Carlos Fonseca sacrificado que muestra al guerrillero, su humanismo y su contexto histórico.
Con este nuevo libro Carlos Fonseca y los intelectuales, Chuno Blandón hace un aporte a la vida trascendental de Fonseca Amador, personaje emblemático de la lucha revolucionaria donde se demuestra su pensamiento y su relación con los intelectuales nacionales.
“Quizás pueda sorprender a algunos la estructura y contenido de este trabajo, Carlos Fonseca y los intelectuales, porque en la historia de nuestra Nicaragua, la figura gigantesca de Carlos revolucionario opaca cualquier otra faceta de la vida del héroe: la leyenda oculta al ser que siente, que sueña y que ama”, dice Blandón.Chuno Blandón escribe en la revista Segovia que dirigía Carlos Fonseca y tendrá una relación de hermandad ideológica con el guerrillero; de ahí Blandón hace huelga de hambre por mejores condiciones en el Instituto Nacional del Norte.
Ya en 1963, siendo periodista, dirige el semanario Oposición, años después montaría los rieles de su Tren de las seis que parodiaba al somocismo.
En la publicación encontramos novedosa información histórica, social y cultural que no aparece en los textos de historia, además de una iconografía sorprendente, fotografías que atrapan el tiempo y el espacio vivido en el contexto del somocismo, la lucha revolucionaria, la posición de los poetas, pero especialmente la figura de Carlos Fonseca y su relación con los intelectuales nicaragüenses.
Blandón describe a Carlos Fonseca con una grandeza intelectual y cómo lograr ser el pensador y el revolucionario, precisamente cuando está en busca de nuevos horizontes y será Manolo Cuadra quien influya definitivamente en su preparación cultural y que ayuda a Carlos Fonseca a viajar a Moscú en 1957.
Fuente: La Prensa